En el convento franciscano de Cochabamba,
más precisamente en el presbiterio de su iglesia, hallamos una curiosa
representación de la Tota Pulchra o Inmaculada 'combatiente', concebida
además con clara pertenencia a esta orden, ya que se presenta ante los santos
de la misma. Esta pintura es un ejemplo
de lo que podemos llamar iconografía de circulación restringida al interior de
una orden, puesto que no sólo es una inflexión o particularización de este
'aspecto' de la Virgen bajo una concepción franciscana sino que únicamente
hasta el momento sólo la podemos rastrear en ámbitos de esta orden (en la zona
andina, en el convento de Cuzco y, en Nueva España, en la iglesia de San
Francisco de San Miguel de Allende). A
partir del siglo XII, las imágenes de la Madre de Dios la presentarán rodeadas
de símbolos que ratifican su virginal pureza, los cuales con el tiempo variarán
el prototipo iconográfico en vinculación con la primera patrística y las nuevas
exégesis bíblicas que se propiciaran en el escudriñamiento del tema. Hacia el siglo XV, numerosas mariologías
dieron marco tanto desde lo literario como desde lo plástico a la plasmación de
la imagen de la Tota Pulchra, la
figura de María comprendida como intachablemente virgen rodeada de símbolos,
emblemas y alegorías que manifiestan su grandeza, habitualmente representando
las letanías lauretanas. Con el paso del
tiempo, dichas representaciones de las letanías marianas se irán modificando y
variando su protagonismo con la incorporación de nuevas atribuciones, como la
vinculación de María con la mujer apocalíptica venciendo al dragón - motivo
que, a su vez, también irá cambiando iconográficamente -. Sumado a esto, en las imágenes postridentinas,
las obras manifestarán el lenguaje triunfalista, alegórico y propagandístico de
la Iglesia - y, por su puesto, de las órdenes como en este caso -, juntamente
con una devoción profesada a la Inmaculada Concepción de María, que encontraba
en ese momento en España justificación tanto a nivel doctrinal como
político. Por ello, esta difundida
devoción de la Virgen en España, llega con fuerza al nuevo mundo de la mano de
los conquistadores y hombres consagrados al servicio de Dios. En la región sudamericana, no faltó
obviamente el interés por plasmar el complejo y controvertido dogma, que sin la
ayuda de las imágenes se presentaba como una lucubración demasiado abstracta e
inasible para el hombre americano. En
una de las iglesias más antiguas de la ciudad boliviana de Cochabamba, la del
convento de San Francisco, se encuentra un lienzo donde se desarrolla este tema
inmaculista defendido por la orden franciscana.
En esta obra, conocida como Alegoría
franciscana - escuela cuzqueña, siglo XVIII -, pueden no sólo apreciarse a
nivel iconográfico los aspectos doctrinales que subyacen en ella y la
fundamentan sino también confirmarse sus antecedentes gráficos con la
confrontación de la fuente grabada y literaria que da origen a la misma. Poder contar con la fuente grabada -
documento gráfico sobre la obra - y saber concretamente de qué manera circuló
dentro de la orden, posibilita aportar un auténtico conocimiento y comprensión
de esta iconografía perteneciente a un dogma ardientemente defendido por los
franciscanos.
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La tota pulchra y la orden franciscana: análisis de una alegoría de circulación restringida.ppt
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ISIDORO, Alberto Martín y DOMOÑI, Clelia Mirna. X Jornadas de Arte e Investigación: La Teoría y la Historia del Arte frente a los debates de la 'globalización' y la 'posmodernidad', noviembre 2012, Buenos Aires, Argentina, "La Tota Pulchra y la orden franciscana: análisis de una alegoría de circulación restringida", Instituto de Teoría e Historia del Arte "Julio E. Payró", Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Buenos Aires, Argentina. Referato: Si.