Joaquín Mir pertenece a la segunda generación del modernismo catalán, iniciado por Ramón Casas y Santiago Rusiñol, que tuvo su centro de difusión en las tertulias del café barcelonés "Els Quatre Gats". Tras haber formado parte del grupo La Collá del Safra, -inclinado por la temática suburbial en clave expresionista -, al principiar el siglo XX, acompañado por Santiago Rusiñol, viajó a Mallorca y cambió sus intereses estéticos. Se instaló en una pequeña aldea llamada Sa Calobra, virando su pintura casi exclusivamente hacia el paisaje; la intención expresionista permaneció y encontró una más acabada manifestación a través del color, con la utilización de técnicas de filiación impresionista. Su paleta se enriqueció con un cromatismo variado y extremo, a través del cual plasmó la atmósfera, el cielo, el agua, y los acantilados, construyendo un lenguaje personal donde el tema dejó paso a la materia, al color y a la luz. Su exaltación de la naturaleza lo llevó a incursionar, a veces, por rincones inexplorados y lugares de difícil acceso. A partir de 1907, tras un grave accidente sufrido en Mallorca que derivó en desequilibrios mentales, residió consecutivamente en diversas localidades catalanas. Por su fecha presunta, El arroyo fue posiblemente pintada del natural en Mollet del Vallès, en un clima de serenidad y contemplación de la vida natural, en compañía familiar. Su búsqueda personal implicó el descubrimiento del paisaje catalán, develando las infinitas posibilidades y variados aspectos de los pueblos de Cataluña, que motivaron a generaciones de paisajistas.
A diferencia de los restantes modernistas catalanes, Mir nunca fue a París: no tuvo contacto directo con el ambiente en donde había surgido el impresionismo o el postimpresionismo. Su traducción cromática de la realidad disolvía la profundidad y el espacio en la superposición de manchas, pero sin fundamentación teórica sino de modo intuitivo. Si bien el tratamiento del color y la pincelada lo posicionan como el pintor más emparentado con el impresionismo en España durante las primeras décadas del siglo XX, su producción nunca pierde la estructura figurativa, característica propia de la pintura española de la época. No obstante, en este lienzo, la fantasía del color, la distorsión de las formas y la superposición de manchas lo acercan a una abstracción marcada. Se lo podría considerar otra versión, mucho más moderna en lo formal, de La acequia (Museo de Arte Moderno, Barcelona, 1897), en la cual coincide la distribución de los planos, la dirección del curso de agua y los patos, pero donde una arboleda y una edificación le quitan aire y frescura a la composición. En El arroyo la arboleda es sustituida por un amplio cielo, la edificación de la izquierda es reemplazada por vegetación, y la figuración definida se troca en una sinfonía de manchas de colores no realistas.
Característico de su etapa en Mollet del Vallès (1913-1919) - donde predomina la vegetación y el agua - el mosaico de ocres, azules y verdes de El arroyo genera una profundidad atmosférica y una sensación lumínica de puro lirismo que a través de los materiales intenta transmitir un estado emocional. Esta interpretación poética del paisaje, no exenta de solidez, que utiliza como herramienta la libertad de las posibilidades tonales, se mantiene constante en la obra de Mir, si bien desde 1920 la forma va recuperando progresivamente el protagonismo en su pintura y hacia 1930, los valores cromáticos van recuperando su carácter realista.
Palabras clave: Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, catalogo highlight, pintura española, Joaquín Mir, segunda generación del modernismo catalán, pintura de paisaje, etapa Mollet del Vallès.
El arroyo de Joaquín MIR TRINXET.pdf
(105 KB)
PERESAN MARTÍNEZ, Andrea e ISIDORO, Alberto Martín. "El arroyo de Joaquín MIR TRINXET", pp.192-193; en 2010: Antes de 1910. El arte europeo en el Museo Nacional de Bellas Artes, Museo Nacional de Bellas Artes, Colección. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, 2010. ISBN n° 978-987-1428-06-9. Referato: Si.
A diferencia de los restantes modernistas catalanes, Mir nunca fue a París: no tuvo contacto directo con el ambiente en donde había surgido el impresionismo o el postimpresionismo. Su traducción cromática de la realidad disolvía la profundidad y el espacio en la superposición de manchas, pero sin fundamentación teórica sino de modo intuitivo. Si bien el tratamiento del color y la pincelada lo posicionan como el pintor más emparentado con el impresionismo en España durante las primeras décadas del siglo XX, su producción nunca pierde la estructura figurativa, característica propia de la pintura española de la época. No obstante, en este lienzo, la fantasía del color, la distorsión de las formas y la superposición de manchas lo acercan a una abstracción marcada. Se lo podría considerar otra versión, mucho más moderna en lo formal, de La acequia (Museo de Arte Moderno, Barcelona, 1897), en la cual coincide la distribución de los planos, la dirección del curso de agua y los patos, pero donde una arboleda y una edificación le quitan aire y frescura a la composición. En El arroyo la arboleda es sustituida por un amplio cielo, la edificación de la izquierda es reemplazada por vegetación, y la figuración definida se troca en una sinfonía de manchas de colores no realistas.
Característico de su etapa en Mollet del Vallès (1913-1919) - donde predomina la vegetación y el agua - el mosaico de ocres, azules y verdes de El arroyo genera una profundidad atmosférica y una sensación lumínica de puro lirismo que a través de los materiales intenta transmitir un estado emocional. Esta interpretación poética del paisaje, no exenta de solidez, que utiliza como herramienta la libertad de las posibilidades tonales, se mantiene constante en la obra de Mir, si bien desde 1920 la forma va recuperando progresivamente el protagonismo en su pintura y hacia 1930, los valores cromáticos van recuperando su carácter realista.
Palabras clave: Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, catalogo highlight, pintura española, Joaquín Mir, segunda generación del modernismo catalán, pintura de paisaje, etapa Mollet del Vallès.
El arroyo de Joaquín MIR TRINXET.pdf
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PERESAN MARTÍNEZ, Andrea e ISIDORO, Alberto Martín. "El arroyo de Joaquín MIR TRINXET", pp.192-193; en 2010: Antes de 1910. El arte europeo en el Museo Nacional de Bellas Artes, Museo Nacional de Bellas Artes, Colección. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, 2010. ISBN n° 978-987-1428-06-9. Referato: Si.