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martes, 6 de septiembre de 2011

En la costa de Valencia de Joaquín SOROLLA Y BASTIDA

Esta escena costumbrista, en la que se representa el trabajo de los pescadores que vuelven de la faena y el juego de un niño, se desarrolla posiblemente en la playa del Cabañal - frecuentada por Sorolla - que se caracterizaba por conjugar, en torno al 1900, tanto pescadores y sus familias como pintores en busca de temáticas que mostraran el ser regional. Esta combinación de trabajos preindustriales y clases populares, por una parte, y de pintura pleinairista de visos nacionalistas, por otra, brindaba una imagen optimista del Levante español distante de los duros procesos contemporáneos de transformación socioeconómica que dejaban la huella de la industrialización en el paisaje de la región. La mecanización y gigantismo urbano eran la nueva fisonomía que modelaba la vida y las costumbres del Levante, sin embargo la actitud de pintores como Sorolla - cuya pintura de huida nostálgica de la civilización hacia la rústica naturaleza distorsionaba el imaginario de estas latitudes - hacía de estas costas un refugio bucólico de las inquietantes consecuencias generadas por la revolución industrial.

Detrás de este costumbrismo de ambiente marino, se encuentra la verdadera raison d'être de las búsquedas de Sorolla: la luz mediterránea. Su sensibilidad lumínica pertenece a una de las dos tendencias de la pintura española que marcaron la vuelta del siglo: la 'España Blanca' - contrapuesta a la 'España Negra' de Zuloaga, Solanas y Romero de Torres, entre otros -. Esta tendencia fue rechazada y combatida en el ámbito español no sólo por los pintores alineados en su antagónica 'oscura' sino también por los pintores del arte pompier. La luz, la gran protagonista de esta pintura, es la característica por antonomasia del luminismo del pintor. Ésta es captada con rapidez y al plein air del mediodía dando como resultado una obra definida por la instantaneidad, el abocetamiento y una atmósfera vibrante producto de los reflejos del sol enceguecedor en su cenit sobre el mar.

Sorolla ocupa un lugar especial dentro del movimiento luminista - cuyos centros fueron Valencia y Sitges -. A diferencia del resto de los luministas, reunió en sí influencias que supo dosificar, como la del impresionismo y la de los pintores escandinavos como Peder Severin Krøyer (1851-1909), Viggo Johansen (1851–1935), y Anders Zorn (1860-1920), o el alemán de Adolph von Menzel (1815-1905), cuya obra conoció en París. Por ello, en el debate de tradición-modernidad, su pintura no sólo tenía la capacidad de resolver el dilema entre el conocimiento académico y la experimentación impresionista equilibrando ambas posiciones sino que también, en un momento de vanguardias contestatarias y actitudes reaccionarias hacia ellas, lograba mantener un juste milieu artístico que le brindó un éxito comercial internacional sin precedente en los otros luministas. Todo esto lleva a la historiografía artística a considerarlo como un pintor que clausurara del movimiento luminista levantino.

La captación instantánea y lumínica de las formas, próximas al impresionismo parisino pero ajeno a sus inquietudes filosóficas, es una constante en los pintores nacidos en el Levante español y activos a finales del siglo XIX y principios del siguiente, de quienes el estilo sorollesco se nutre. Estos, a pesar de su formación conservadora, se atrevieron a incursionar en técnicas inusuales y de gran modernidad en relación a las normas académicas que imponían el gusto por lo bituminoso, provocando un cambio sustancial en la manera de pintar. Al focalizarse, en la presencia dominante del mar en el que la vista se pierde al infinito, en su atmósfera costera y, la sugestión hipnótica de la luz y sus matices propusieron al espectador involucrarse en una percepción de la realidad que es anterior a una primera estructuración gestáltica, es decir, una percepción en que las sensaciones anteceden a las formas. Pero, el luminismo levantino no es una movimiento aislado en el panorama artístico europeo, pues, se inserta en una tendencia más amplia que tiene lugar en el ámbito de la pintura del siglo XIX, donde el aclaramiento de la paleta evidencia búsquedas en relación con los problemas del color y la luz generadas tanto a partir del gran desarrollo de la pintura de paisaje como de la captación de efectos naturalistas.

Sorolla crea una 'maniera' posible de ser emulada a nivel compositivo y 'digerible' temáticamente a pesar de su modernidad. Su técnica lumínica se oponía diametralmente a la paleta armada del frío academicismo que había entronizado a la pintura de historia con sus composiciones artificiosas. Sin embargo, la organización deliberada de Sorolla de masas y submasas de luz y color lo acercaban al pensamiento académico que gustaba de componer fuertemente el lienzo equilibrando las formas y los colores. La adhesión, en parte, a la técnica impresionista no debe confundirse con la adopción del descubrimiento de la impresión lumínica mediante la yuxtaposición de colores puros colocando en un plano secundario la estructura, ni tampoco con la disolución la forma - divergencias con el impresionismo que lo unía al resto de los luministas - aunque si su factura suele oscilar hacia una pincelada de coma impresionista. Estas características técnicas se observan en esta obra, como así también en La vuelta de la pesca (1898, MNBA), que están dotadas de una infraestructura muy compleja donde el color y la luz se distribuyen en estas organizaciones deliberadas de masas y submasas. No obstante, nunca pudo ser emulado acabadamente por sus seguidores esa cierta impresión y velocidad de su poética. En cuanto a la temática, impone la descripción de una edad de oro del Mediterráneo, que a modo de Arcadia para los romanos, se materializa en un lugar histórico contemporáneo y próximo en relación a lo geográfico, donde nos presenta hombres en simple y dulce armonía con la naturaleza. Muestra lo que fluye y es efímero en la acción y el gesto de los pescadores y el pequeño jugando. Aun así, estos instantes evocan la eternidad de los tipos humanos que caracterizan una región o nación.

Palabras clave: Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, catalogo highlight, pintura española, Sorolla y Bastida, escena costumbrista, el ser regional, pintura pleinairista, , Levante español, luz mediterránea, España Blanca, luminismo, Valencia y Sitges, pintura de paisaje.

En la costa de Valencia de Joaquín SOROLLA Y BASTIDA.pdf
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SERVENTI, María Cristina e ISIDORO, Alberto Martín. "En la costa de Valencia de Joaquín SOROLLA Y BASTIDA" pp. 589-592; en 2010: Antes de 1910. El arte europeo en el Museo Nacional de Bellas Artes, Museo Nacional de Bellas Artes, Colección. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, 2010. ISBN n° 978-987-1428-06-9. Referato: Si.





*Recordamos con gran afecto a nuestra querida Profesora, Colega, Amiga María Cristina SERVENTI que lamentablemente ya no está entre nosotros.