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lunes, 5 de septiembre de 2011

Los caídos de José GUTIÉRREZ SOLANA

La escena se sitúa en un espacio interior estrecho, claustrofóbico y sórdido de un lupanar, el cual es ocupado casi totalmente por los personajes dispuestos en friso - constante compositiva en las representaciones grupales del artista -. En primer plano se destaca la figura travestida a través de una serie de recursos como la leve perspectiva jerárquica que agranda al personaje por su importancia, el estar rodeado por los atributos de la vida bohemia y viciosa - alcohol, cartas, guitarra -, el capturar la mirada atenta del gato, el ser el elemento final de la trayectoria de la línea de fuerza de la composición en friso que orienta la lectura de izquierda a derecha mostrando el sentido de la historia, y el "estar inscripto" en el ámbito del camastro que lo proyecta hacia el espectador.

En las figuras prima la frontalidad, la autonomía entre ellas - parecen no tener más relación que el estar ahí - y su disposición, en pose, que recurre al modelo fotográfico. La organización, muy compuesta, busca evocar una sordidez, suciedad, desorden inherentes al tema pero sin resignar claridad en la comunicación. La disposición en friso evidencia, también, en el escalonamiento de las cabezas en profundidad de las figuras agrupadas sobre el plano de fondo, el uso de un recurso perspéctico conocido ya en los relieves romanos.

El uso de fotografías como bozzetti en Los caídos se une a problemáticas planteadas por la sociología o antropología criminalista que buscaba correspondencias entre tipos fisiológicos-psicológicos de delincuentes y enfermos - prostitutas, uranistas -. Solana se apoya en estos estudios frenológicos - libros como La mala vida en Madrid de C. Bernaldo de Quirós y J. M. Llanas Aguilaniedo - para dar rostro a tres de sus personajes: la figura travestida y las dos mujeres delante de la cortina. Posiblemente, todos los personajes tengan una fuente similar, salvo la figura masculina de perfil que podría ser un mug shot - retrato fotográfico tomado después de que alguien es arrestado -. Pero estos tres retratos tomados del libro antes citado no son de cuerpo entero, quedando en manos de Solana la resolución final de la pose pintando, según Antonio Machado "... con insana voluptuosidad lo vivo como muerto, y lo muerto como vivo." Estos marginales son colocados como maniquíes, objetualizados, en una movilidad congelada casi metafísica pensados como una naturaleza muerta, a diferencia de su Mujer y Maniquíes (1942, M.N.B.A. Inv: 6781) donde éstos últimos son tratados con el mismo carácter plástico-sensual que la figura femenina protagonista de la obra.

Los caídos es una obra madura pero de la etapa preliminar, anterior tanto a la evolución cromática de los años 20 que postula Alonso Fernández, como a los cambios volumétricos que a partir de los años 1930 dotan a las figuras de un carácter plástico, sensual. Estilísticamente, se la puede considerar una manifestación del realismo expresionista español que en el caso de Solanas tiene como antecedentes, sobre todo, los grabados de La España Negra de Darío de Regoyos -1888 - y la obra de Ignacio de Zuloaga. Sin embargo, la poética de Solana se diferencia por no poseer lo anecdótico del primero ni lo pintoresco y regeneracionista del segundo. Su realismo crudo, antieufemista no carga con la crítica pesimista noventaiochista; sólo presenta a sus personajes aislados, solitarios, casi como rarezas de feria, expuestas a la mirada del observador, poniendo así al alcance de la mano a los individuos 'anormales', 'enfermos' que subvierten el orden social del higienismo burgués. Además, el claroscurismo de visos simbolistas de esta obra delata su posición en el debate del primer tercio del siglo XX, sobre la modernización de la pintura realista española decimonónica, caracterizado por dos polos quasi irreconciliables: la sensibilidad sorollista - lumínica, festiva, pasatista - de la 'España Blanca' y el espíritu de la 'España Negra' - mística, profunda, sombría, dramática y alienada - liderado por Zuloaga.

Solana suele buscar el delicado equilibrio de la tradición con la modernidad - fórmula que lo llevará al éxito hacia la década del 20 - y Los caídos está en esa línea. Este es un cuadro de composición ya que tiene un tamaño considerable y está dotado de varias figuras, lo que lo hacía vendible a nivel institucional y compatible con las normas académicas; por otra parte, responde al figurativismo naturalista, paradigma en España entre fines del siglo XIX hasta el primer tercio del XX; además, es presentado, en 1915, en una exposición oficial como la Nacional siendo aceptado por su calidad académica en el Palacio Velázquez en vez de ser derivado por razones extra-artísticas a la 'sala del crimen' - tradicionalmente, en el Palacio de Cristal -. Sin embargo, por su temática de burdel no era adecuado a los contenidos tradicionales del formato; contravenía los convencionalismos de la moralina de su posible clientela; y su modernidad temática hizo que en dicha exposición de 1915 se lo colocara tapado por una puerta y con artimañas se alejara al rey Alfonso XIII para que no lo advirtiese.

El tremendismo solanesco presenta en esta obra uno de los temas recurrentes de su producción, lo prostibular, en su variante más directa: la visión del burdel. Aquí, no se disfraza esta situación que por la crisis económica, política y social había venido en aumento, desde finales del siglo XIX, sino que se muestra en crudo y en su faz más áspera. A principios del siglo XX, los hábitos prostibularios iniciaban un proceso de transformación. Mientras que el burdel entraba en decadencia y era sólo visitado por la gente de más baja estofa, la prostitución clandestina, caracterizada por la necesidad de seducción, se ponía de moda. Esta nueva tendencia se practicaba en otros ámbitos como paseos públicos, ciertos cafés, bailes, tabernas, salidas de teatros y casas de citas. A pesar de estos cambios, Gutiérrez Solana opta por mostrar el ámbito más bajo y descarnado de esta actividad, donde se da el simple intercambio de mercancía sexual sin 'rodeos amorosos'.

Palabras clave: Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, catalogo highlight, pintura española, Gutiérrez Solana, fotografías como bozzetti, mug shot, La España Negra, tremendismo solanesco, lo prostibular.

Los caídos de José GUTIÉRREZ SOLANA.pdf
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ISIDORO, Alberto Martín y PERESAN MARTÍNEZ, Andrea. "Los caídos de José GUTIÉRREZ SOLANA", pp 156-159; en 2010: Antes de 1910. El arte europeo en el Museo Nacional de Bellas Artes, Museo Nacional de Bellas Artes, Colección. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, 2010. ISBN n° 978-987-1428-06-9. Referato: Si.