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jueves, 1 de septiembre de 2011

El Paradigma Decimonónico de la Pintura Española

El estudio de las biografías de los pintores españoles del siglo XIX permitiría identificar y describir las vías de funcionamiento y legitimación del campo artístico español decimonónico. Ésta es la hipótesis de este trabajo que parte del análisis del corpus que se conserva en el MNBA de Buenos Aires.

Metodológicamente, se partió de una exégesis bibliográfica relativa a la vida y obra de dichos artistas, y de la confrontación de visu de sus obras en el Museo, corpus/conjunto representativo de la pintura española del período en cuestión. A través de este abordaje se hallaron constantes tales como el ambiente formativo, periplos y vivencias en círculos artísticos similares, modos de consagración. El trabajo con una serie de biografías pertenecientes a un mismo momento espacio-temporal en función de sus conexiones, no sólo dio cuenta de una riquísima cosmovisión del arte y sus prácticas, sino también posibilitó desarrollar un modo de trabajo no habitual en el campo de la investigación artística.

En España, durante el siglo XIX, cobró identidad un universo de relaciones generadas entre los actores que participaban del naciente campo autónomo del arte local, de infinita riqueza y variedad: estado, academias, artistas, marchantes, exposiciones, sistema de legitimaciones - estatal, mercantil -. Este particular andamiaje, que impulsó indirectamente la profusión de la pintura de carácter local, encuentra sus raíces más allá del siglo XIX y se extiende aproximadamente hasta el advenimiento de la Segunda República (1931-1939).

La profundización en el entramado de interconexiones de los biografiados llevó al conocimiento de los mecanismos de legitimación que antes que estar dominados por el mercado lo estaban por el Estado. Éste en sus distintas instancias fomentaba las Exposiciones Regionales, Nacionales y Universales, en las que hacía entrega de medallas y menciones. El éxito alcanzado por un pintor estaba determinado por la obtención de estos galardones. Las medallas significaban no sólo la adquisición casi segura por parte del Estado del lienzo premiado, sino también posibilitaban el desarrollo de una carrera académica. El Estado, mediante el procedimiento de premiación o recompensa y compra, determinaba los temas y el estilo, en detrimento de otros, y los pintores muchas veces caían en los clichés consagrados en exposiciones anteriores. Otro mecanismo (el segundo) era la carrera académica. La dirección del Museo del Prado, la de la Academia de San Fernando o la de la Academia de España en Roma, y en menor medida la de las Academias Regionales, eran jalones de máxima legitimación para los artistas. El sistema de pensiones en Italia, tercer mecanismo, se relaciona, por una parte, con cuestiones de estilo y tema - requisito esencial para la obtención del beneplácito de la Diputación, encargada en elegir a su representante - y, por otra parte, con el tema de las relaciones interpersonales - rivalidades entre regiones por tener sus artistas estudiando en Roma (centro del arte oficial), las influencias o “amistades” para lograr las pensiones -. El liderazgo del artista consagrado imponía modas, catapultaba famas, movía favores. Por ello, es fundamental para el entramado artístico de la época el discipulado - otro factor de legitimación -. Algunos artistas consagrados, como formadores de futuros talentos, se movían con una pléyade de discípulos que componían su claque. La relación maestro-discípulo no sólo le aseguraba al novato una formación que distaba del acartonamiento académico sino que le abría las puertas de ese mundo exclusivo, le garantizaba conexiones, e inclusive ventas. El viaje - último mecanismo - como búsqueda de consagración no se limitaba a Roma o París (capital de la bohemia y libertad artística, principal centro de difusión del arte moderno). Estos artistas o sus obras transitaron por ciudades europeas y americanas, participando año tras año en una cantidad abrumadora de exposiciones, cuyos galardones eran los peldaños que sustentaban el ascenso hacia el reconocimiento del medio. En el caso del viaje por la propia tierra, los llevaba a profundizar el contacto con sus raíces, con las costumbres y tradiciones, en una actitud que, desde lo temático, implicaba una alternativa al cuadro histórico o mitológico y, desde lo plástico, una búsqueda orientada hacia la naturaleza que se apartaba de la copia de los clásicos, y que es un atisbo de la revolución en la pintura española que tendrá lugar a principios del siglo XX.

En síntesis, los mecanismos de legitimación del período estarían regidos fundamentalmente por el Estado, manifestándose a través de mecanismos diversos entre los que pueden identificarse las exposiciones y premiaciones, la carrera académica, el discipulado, el pensionado, el viaje.

Palabras claves: pintura española del siglo XIX, biografías, primacía del Estado, mecanismos de legitimación.

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PERESAN MARTÍNEZ, Andrea e ISIDORO, Alberto Martín VII Jornadas de Estudios e Investigaciones Artes Visuales y Música, noviembre 2006, Buenos Aires, Argentina, “El paradigma decimonónico de la pintura española”, Instituto de Teoría e Historia del Arte “Julio E. Payró”, Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Buenos Aires, Argentina, pp. 21-34, 2007, ISSN 1515-2685. Referato: Si.